lunes, 19 de octubre de 2020
La volatilidad y la incertidumbre macroeconómica en un escenario pos pandemia
La teoría neoclásica supone, como principio, que el individuo es racional a la hora de tomar decisiones. Mi experiencia indica que ello es discutible, ya que las decisiones de los agentes están basadas en emociones y se tiñen de racionalidad a través de las justificaciones que trata de encontrar este para llevar adelante sus actos o emprendimientos de todo tipo.
Esto puede validarse tanto desde lo individual hasta lo colectivo. Las diferentes estrategias que tomaron los países del globo ante la pandemia de Covid – 19, muestra que la vida estuvo atravesada por una cuestión sanitaria y las respuestas de los gobiernos han sido diversas.
Las decisiones, los gobiernos las han tomado considerando el contexto económico, político, social y ambiental y particularmente sanitario. En este sentido, las decisiones de los agentes económicos se ven afectadas por los contextos antes mencionados. Es cierto que, en la economía de corto plazo, se evidencian secuencias más o menos regulares de recuperaciones y recesiones en torno a una tendencia de crecimiento de la economía, es decir, se observa el ciclo económico. La pregunta es: cuál es la medida de esas variaciones y en qué período ocurren. El escenario de pandemia / cuarentena acentúa un escenario volátil.
La Argentina es un país sumamente volátil y cambiante, donde los escenarios o la previsión de futuros posibles pueden alterarse con una gran celeridad. Ello se debe a diferentes razones: las más relevantes se encuentran en el ámbito exógeno (crisis externas) y en el ámbito endógeno (debilidades internas, institucionales). Encontrar la causa de dicha volatilidad justifica reacciones adversas tales como desconfianza, incertidumbre y expectativas negativas hacia el futuro cercano.
Hoy, la volatilidad de la economía argentina se encuentra explicada por lo que llamamos, las teorías exógenas del Ciclo Económico, esto es, fluctuaciones explicadas por la pandemia de Covid – 19 y sus acciones asociadas.
Aquí es importante detenerse en lo siguiente, unos puntos de caída del producto significan miles de puestos de trabajo perdidos. El cierre de actividades económicas por la cuarentena, significa no solo inversiones que retrasan sino maquinaria productiva que lleva tiempo recuperar, años. Por la propia dinámica del ciclo económico, la caída de 12% del PBI, tendrá un rebote de 5% para empezar. Sin embargo, lo que preocupa es el cierre de empresas. En este sentido, el enfoque de interacción de gasto versus producción que nos propone el GPS de la Macroeconomía, nos ayuda a entender el valor de la interacción de los factores productivos para generar producción, empleo, ingresos, crecimiento.
"Hay que desensillar hasta que amaine", reza la popular frase campestre, pero la pregunta es: ¿Cuánta capacidad tendrá la sociedad para sobrellevar una crisis más que parece no tener fin?
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